“¿Alimentar al niño? Sí, pero no solamente con leche. Hay que tomarlo en brazos. Hay que acariciarlo, acunarlo. Y masajearlo.
Hay que hablar a la piel del pequeño hay que hablarle a su espalda que tiene sed y hambre igual que su vientre. En algunos países, las mujeres saben todavía esto. Aprendieron de sus madres, enseñaron a sus hijas este arte profundo que ayuda al niño a aceptar el mundo y lo hace sonreír a la vida”
Frédérick Leboyer
Estudios recientes demuestran que el contacto del bebe con la madre justo después de nacer es muy importante para su posterior desarrollo y para su salud.
Sin embargo hay protocolos médicos que sistematizan la separación: después de nacer al bebe lo limpian, lo pesan, lo miden y en casos mas graves, lo ponen en una incubadora o recibe tratamientos separados de la madre. Esta separación entre el recién nacido y la madre produce estrés por la perdida de las sensaciones que regulan la homeostasis. Al contrario, el contacto materno precoz crea un movimiento espontaneo de acercamiento al pecho y genera un vinculo imprescindible para el desarrollo del niño.
El Dr. Nils Bergman, investigador honorario de la Universidad de Ciudad del Cabo especializado en Neurociencia Perinatal afirma que “los mil primeros minutos de vida determinan la salud y el desarrollo para toda la existencia”
Bergman asegura que “el contacto piel con piel y la lactancia maternaes lo que nuestro ADN espera, y si el bebe no lo recibe, el ADN se adapta a ese lugar inhóspito”.
En el momento de nacer el cerebro hace conexiones en función de las sensaciones que experimenta el bebe y que marcan su posterior desarrollo. Si el bebe no se siente seguro se acelera otros circuitos, se eleva el estres , la presión y el cerebro y el cuerpo experimentan un desgaste que afecta a la duración de la vida.
En el interior del vientre de la madre el bebe tiene sensaciones de todos los movimientos, escucha los sonidos de la madre y reconoce su olor. Ese es el hábitat en el que se ha desarrollado y en el que se siente seguro. Al nacer su cerebro tiene dos necesidades: el olor y el contacto. Son sus referencias para saber si esta seguro.
Sin embargo hay protocolos médicos que sistematizan la separación: después de nacer al bebe lo limpian, lo pesan, lo miden y en casos mas graves, lo ponen en una incubadora o recibe tratamientos separados de la madre. Esta separación entre el recién nacido y la madre produce estrés por la perdida de las sensaciones que regulan la homeostasis. Al contrario, el contacto materno precoz crea un movimiento espontaneo de acercamiento al pecho y genera un vinculo imprescindible para el desarrollo del niño.
El Dr. Nils Bergman, investigador honorario de la Universidad de Ciudad del Cabo especializado en Neurociencia Perinatal afirma que “los mil primeros minutos de vida determinan la salud y el desarrollo para toda la existencia”
Bergman asegura que “el contacto piel con piel y la lactancia maternaes lo que nuestro ADN espera, y si el bebe no lo recibe, el ADN se adapta a ese lugar inhóspito”.
En el momento de nacer el cerebro hace conexiones en función de las sensaciones que experimenta el bebe y que marcan su posterior desarrollo. Si el bebe no se siente seguro se acelera otros circuitos, se eleva el estres, la presión y el cerebro y el cuerpo experimentan un desgaste que afecta a la duración de la vida.
En el interior del vientre de la madre el bebe tiene sensaciones de todos los movimientos, escucha los sonidos de la madre y reconoce su olor. Ese es el hábitat en el que se ha desarrollado y en el que se siente seguro. Al nacer su cerebro tiene dos necesidades: el olor y el contacto. Son sus referencias para saber si esta seguro.
Masajear a un bebe es una forma maravillosa de establecer lazos con él. si recibiste masajes durante el embarazo, tu bebe reconocerá el suave ritmo de los movimientos. Si no fue asi, el masaje es un gran estimulo para el comienzo de su vida. Los bebes prosperan con el contacto táctil. El masaje estimula sus respuestas y aumenta la conexión natural entre la madre y ellos.
EL MASAJE SHANTALA
El masaje infantil, arte milenario practicado en Oriente, fue introducido en la sociedad occidental en la década de los años cincuenta, a través del ginecólogo francés Frédérick Leboyer, y es otra forma de ofrecer a nuestros hijos lo que Leboyer definió como "el regalo de dar amor".
En la India, se practica desde el nacimiento un masaje tradicional que consiste en masajear con un aceite vegetal tibio todo el cuerpo desnudo del bebé, apoyándolo sobre las piernas de la madre.
Mientras este ginecólogo paseaba por las calles de Calcuta se quedó enamorado e impresionado de la belleza de los movimientos de una madre que estaba dando un masaje a su bebé. Aquella madre se llamaba Shantala. Leboyer le pidió permiso para sacarle unas fotos de cada técnica, y Shantala, impresionada de que a alguien le llamara tanto la atención una cosa que ella veía como algo cotidiano en el cuidado de su hijo, accedió. Ese fue el principio, la raíz de que este tipo de masaje pudiera transmitirse a padres y madres del mundo occidental.
FREDERICK LEBOYER Y EL MASAJE SHANTALA
Nació en Francia en 1918. Estudió medicina y se especializó en ginecología y obstetricia, convirtiéndose en consultor principal de la Facultad de Medicina de París en la década de 1950.
Después de pasar por el psicoanálisis, el Dr. Leboyer, inició la elaboración de nuevas ideas sobre el proceso de nacimiento.
Con su libro Nacimiento sin violencia, el Dr. Leboyer ha revolucionado la visión de cómo podemos llevar a nuestros hijos al mundo.
En 1977, “Amar manos” inició madres occidentales a la potencia y la magia de Masaje Infantil Shantala.
El Dr. Leboyer, a través de estos dos libros y otras publicaciones, ha mostrado evidencia de que el ambiente emocional de nacimiento tiene un profundo impacto y los efectos a largo de la vida en todo el mundo.
En 1977, “Amar manos” inició madres occidentales a la potencia y la magia de Masaje Infantil Shantala.
El Dr. Leboyer, a través de estos dos libros y otras publicaciones, ha mostrado evidencia de que el ambiente emocional de nacimiento tiene un profundo impacto y los efectos a largo de la vida en todo el mundo.
Aunque ha habido algunos notables predecesores, Leboyer fue el primer médico, jefe de servicio hospitalario, que se interrogó sobre el traumatismo del nacimiento y las condiciones en que éste se practicaba en los hospitales modernos del mundo llamado “desarrollado”.En su investigación personal, decidió a renunciar voluntariamente a sus funciones y a tus títulos para consagrarse a escribir libros, a hacer vídeos y propagar la idea de que es posible otro nacimiento que sobrepasa la limitada dimensión médica.
El masaje Shantala es amor, cariño, ternura, felicidad, compasión, respeto, paz, tranquilidad, apoyo, comunicación. Shantala es una forma más de decirle a nuestros hijos “TE QUIERO” sin usar las palabras, sólo nuestras manos, nuestra mirada, nuestro corazón.
Múltiples son los beneficios que acompañan al masaje Shantala; entre ellos, podemos destacar aquellos que hacen referencia al bebé:
– Estimula el sistema nervioso.
– Mejora el sistema respiratorio.
– Ayuda a aliviar las molestias ocasionadas por los gases, cólicos y estreñimiento.
– Mejora la digestión.
– Los bebés aprenden a relajarse y a conciliar el sueño.
– Fortalece el vínculo del apego entre la madre o el padre y el hijo.
– Hidrata y tonifica la piel.
– Fortalece el sistema muscular y psicomotor del bebé.
Para los padres o las personas que realizan el masaje:
– Es placentero.
– Ayuda a reducir las posibilidades de depresión post-parto.
– Proporciona relajación.
– Enseña a conocer las necesidades de su hijo.
– Mejora el vínculo afectivo entre los padres y el bebé.
– Incrementa la confianza.
Para los padres o las personas que realizan el masaje:
- -Es placentero.
- -Ayuda a reducir las posibilidades de depresión post-parto.
- -Proporciona relajación.
- -Enseña a conocer las necesidades de su hijo.
- -Mejora el vínculo afectivo entre los padres y el bebé.
- -Incrementa la confianza.
Termino citando a Frédérick Leboyer:
Quedé mudo. Bebía en silencio lo que veía.
Era como un ballet, tanta armonía en ello,
tan justo era el ritmo, tan soberano,
aunque de gran lentitud.
Era como amor, ternura.
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